Las tarjetas AGP desaparecen del mercado a pasos agigantados, sustituidas por las que utilizan el bus PCI Express, con mayor ancho de banda. Sin embargo buena parte de las placas bases instaladas sigue siendo AGP, por lo que las tarjetas se "resisten" a desaparecer. Desde luego no tiene ningún sentido adquirir un nuevo ordenador o una nueva placa base que no sea PCI Express, pero si todavía pensamos aguantar una temporada con nuestro sistema, la opción AGP sigue siendo válida. Nos permite conservar nuestra placa madre y actualizar nuestro ordenador por un precio asequible hasta que nos planteemos renovar todo el sistema.
Dado que el bus AGP está "condenado" es improbable que aparezcan nuevos modelos de tarjetas en el futuro.
DirectX10 ha supuesto una revolución en la arquitectura de las tarjetas, permitiendo el uso de "shaders unificados". Si anteriormente cada tarjeta incorporaba un número fijo de pixel y vertex shaders (motores específicos encargados de realizar estas importantes tareas de proceso), las nuevas tarjetas gráficas bajo DirectX10 incorporan "shaders versátiles", capaces de realizar ambas tareas según las necesidades de la imagen.
Así, las nuevas tarjetas son capaces de optimizar mucho mejor el trabajo: si una imagen está compuesta por una importante carga de polígonos, la mayoría de motores se dedican a los cálculos geométricos; si la imagen por el contrario es de geometría sencilla, la mayoría de motores se pueden dedicar a pintar los píxeles.
Las tarjetas más antiguas son incapaces de ajustarse de esta forma: a la hora de renderizar una imagen de geometría compleja, los "pixel shaders" no realizan ninguna tarea, desperdician su trabajo a la espera de que se realicen todos los cálculos geométricos.
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